Según los estudios, prácticamente casi todas las mujeres reconocen haber fingido un orgasmo a lo largo de su vida… es más, algunos hombres también lo ha hecho en más de una ocasión. La principal razón de fingir un orgasmo es no querer ofender a tu pareja: al fin y al cabo él o ella está haciendo todo lo posible para poder llegar al orgasmo pero tu te sientes algo cansada como para poder seguir intentándolo… es por ello por lo que decides dar por terminada la velada creando algo que no existe.
Esto, si se hace tan solo en algunas ocasiones, no pasa nada. El problema es cuando se convertirá en algo asiduo.
¿Por qué es malo fingir un orgasmo?
Si se acaba convirtiendo en una costumbre, nuestra pareja terminará por notarlo tarde o temprano… además, en el caso de que alguna vez no lo sea, es decir, que si se produzca un orgasmo de verdad, entonces se notará claramente cuál es la diferencia.
Que nuestra pareja haya sido capaz de ocultarnos algo tan importante puede dolernos bastante y esto traerá consecuencias negativas de cara al futuro. Puede provocar, por ejemplo, que nuestra pareja pierda las ganas de mantener relaciones sexuales con nosotros.
Lo mejor que podemos hacer es tener confianza en todo momento para poder decirle a tu pareja lo que está pasando. De esta forma podéis intentar encontrar la solución juntos y así evitar que el problema se pueda llegar a extender mucho más.
También tenéis que entender que no siempre se puede llegar al mismo tiempo; es más, algunas personas nunca lo consiguen.
Será en esos casos en donde cuando un miembro de la pareja haya terminado lo que tendrá que hacer es ayudar al otro a alcanzar finalmente su objetivo.
Ya sabes, pon todo de tu parte para darle el máximo placer a tu pareja. Hay multitud de prácticas y técnicas para dar un buen orgasmo. Seguro que si lo consigues todo irá mejor en tu relación.