Seguro que en más de una ocasión hemos escuchado tomarse algunas copas de más pueden ayudar a estimular el deseo, ya que así las personas se acercan y pueden desempeñarse mejor en el plano sexual. El alcohol como estimulador sexual ¿Es cierto? Lo que es cierto es que tiene un potente poder desinhibidor. Actúa directamente sobre la corteza cerebral, contribuye a alejar monotonías y prejuicios, además de liberar los centros inferiores del cerebro, lugares en dónde se encuentra el deseo sexual y los neurovegetativos. Pero no todo es tan bueno.
Cuando se supera una cierta dosis se consigue el efecto contrario; perturba el deseo sexual, evitando que se pueda conseguir una buena erección y propiciando trastornos de índole eyaculatorio. A las mujeres también afecta; en el caso de ellas afectará a su capacidad para tener orgasmos. También puede conllevar otro tipo de problemas como el trastorno del deseo sexual hipoactivo.
Todos conocemos los riesgos de consumir alcohol de manera repetida: lo cierto es que no son pocos los hombres y las mujeres los que comenzaron consumiendo algo de alcohol cómo método de estimulación, para desinhibirse y atreverse a establecer contacto entre ellos, incluso hasta para tener relaciones sexuales, y acabaron siendo alcohólicos. Seguir este proceso de forma reiterada puede terminar causando lesiones en el hígado y en los centros superiores.
¿El alcohol mejora las relaciones sexuales?
Según un estudio publicado en la revista online BMC PublicHealth, en el que participaron más de 1300 jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 35 años, concluyó que un 35% de los hombres estudiados, y un 25% de las mujeres, toman alcohol para incrementar las posibilidades de tener relaciones sexuales. Además, ¾ partes de los entrevistados declararon haber probado o consumir marihuana de forma habitual. Por otra parte 3 de cada 10 habían probado o consumían activamente cocaína o éxtasis. Esto quiere decir que es el alcohol la bebida más utilizada por los jóvenes para facilitar los encuentros sexuales.
Además de todos los riegos que hemos comentado de consumir alcohol para este fin, también nos encontramos con el incremento de relaciones sexuales sin protección. Y es que resulta evidente que es mucho más fácil tener un embarazo no deseado con la falta de autocontrol que proporciona el consumo de alcohol en este tipo de situación.
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central que disminuye el funcionamiento de niveles superiores del cerebro. Esto permite una mayor autonomía de los centros inferiores, entre ellos, aquellos que están implicados en las respuestas emociones.
Conviene tener mucho cuidado al utilizar el alcohol cono estimulador sexual.